lunes, 28 de agosto de 2006

Discurso de cierre del Dr. Pedro Cahn


SIDA
Discurso de cierre de la Conferencia SIDA 2006: Dr. Pedro Cahn
Palabras finales en Toronto, Canadá.

Dr. Pedro Cahn
Un drama social que afecta a todos

Comentarios finales – Pedro Cahn – Presidente de la IAS

Delegados, distinguidos invitados, me alegra poder hacer algunos comentarios de clausura como presidente entrante de la Sociedad Internacional de SIDA.

Antes que nada, quisiera agradecerles a todos ustedes – delegados que vinieron de todas partes del mundo – por hacer de esta conferencia un gran éxito. Esta ha sido la conferencia Internacional de SIDA más concurrida de la historia, con más de 21.000 delegados más otros más de 5.000 participantes, incluyendo el personal, los voluntarios y los expositores. Estamos orgullosos de comunicarles que casi 2.000 de esos delegados provenientes de 133 países recibieron becas que permitieron su participación.

Estamos también ante el encuentro internacional más grande y diverso dedicado a un tema de salud. Creo que el interés que esta conferencia ha generado evidencia su importancia como vehículo que nos permite compartir nuestros conocimientos, experiencias y éxitos así como también aprender de nuestros fracasos.

También quiero agradecer a los co-organizadores de la Conferencia Internacional sobre el SIDA por su arduo trabajo y dedicación: el Consejo Internacional de Organizaciones que prestan Servicios relacionados con el SIDA, la Comunidad Internacional de Mujeres que viven con el VIH y la Red Global de Personas que viven con el VIH. La IAS está fuertemente comprometida con el principio de GIPA, y esta conferencia es un testimonio irrefutable de ese compromiso.

Deseo expresar además mi gratitud a ONUSIDA, a la Sociedad Canadiense de SIDA
y, especialmente al Organizador Local de Toronto y su consejo de Administración así
como al personal de la IAS. Desde luego también a los miles de voluntarios, que incluyen los miembros del comité de programa quienes han trabajado incansablemente para asegurar que la conferencia cuente con un programa sin precedentes y que aborde esta epidemia en toda su complejidad. Asimismo quisiera felicitar a los dos co-Presidentes de este importante encuentro, Helene Gayle y Mark Wainnberg por su liderazgo excepcional.
Sé que la calidad científica aquí expuesta nunca ha sido tan alta. Durante los últimos seis días, hemos aprendido sobre la promesa que representan las nuevas tecnologías de prevención, incluyendo la investigación de microbicidas y otras herramientas de prevención controladas por la mujer, la profilaxis pre–exposición,,la necesidad apremiante de contar con planteamientos para la reducción de daños, así como también la investigación conjunta para elaborar una vacuna preventiva eficaz Más que nunca, hemos confirmado durante esta semana que la prevención y el tratamiento son dos caras de la misma moneda. Más que nunca los científicos biomédicos y de las ciencias sociales tienen el desafío y la oportunidad de trabajar mano a mano con personas que viven con el VIH/SIDA y las organizaciones
comunitarias para alcanzar objetivos comunes.

Obviamente, todo el conocimiento, las investigaciones innovadoras y las nuevas herramientas no serán eficaces sin el liderazgo político esencial para detener esta enfermedad; debemos mantener la presión sobre los líderes del G8 para que continúen con su compromiso de lograr el acceso universal a la prevención, cuidado y tratamiento para el 2010.

Todavía estamos lejos de contar con los U$S 22.000 millones anuales que para el 2008 se requieren para lograr ese objetivo y debemos decirles –como el tema de esta conferencia nos recuerda- que el Tiempo de Cumplir con ese compromiso es AHORA.

Nuevamente permítanme levantar la voz de IAS: no respaldaremos ningún tipo de lista de Schindler al aceptar que mientras aquellos que están incluidos salvan sus vidas, los demás quedan rezagados en el sufrimiento y la muerte.

Seamos perfectamente claros: nuestros fracasos tienen consecuencias dramáticas: miles de niños, hombres y mujeres están muriendo todos los días. Ellos son el trágico testimonio de nuestra incapacidad de transformar las palabras en acción. Sabemos lo que hay que hacer. La elección ante la comunidad internacional es clara: es tiempo de cumplir, o continuaremos alimentando la tragedia.

Tan importante como la respuesta al VIH, es nuestro compromiso con los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables al VIH/SIDA; el análisis de UNGASS en Nueva York puso de relieve que todavía nos queda un largo camino por recorrer en este sentido. ¿Cómo podríamos montar una respuesta efectiva contra el VIH si no podemos nombrar a las comunidades más afectadas? Los derechos de los trabajadores sexuales, los usuarios de drogas intravenosas, de los hombres que tienen sexo con hombres y otros grupos vulnerables deben ser protegidos mediante las reformas legales y políticas en cada país del mundo.

La epidemia siempre ha golpeado más fuerte en poblaciones marginadas y vulnerables. Una vez más, seamos claros: la pobreza es la fuerza motriz de esta y otras epidemias como la Tuberculosis y la Malaria. Es difícil bregar por los derechos humanos sin considerar que dos tercios de la población mundial vive con menos de 2 dólares diarios. En este sentido también, es tiempo de cumplir.

También se ha discutido largamente sobre cómo solucionar el problema de la desesperante escasez de trabajadores de la salud en los países en vías de desarrollo. Muy a menudo los trabajadores de la salud están mal remunerados o trabajando en condiciones poco seguras o peligrosas. Añadan a esto el estigma que acarrea el VIH, y verán como se amplían los desafíos que enfrentan aquellos en las primeras líneas de la respuesta.

Ya sea un trabajador comunitario de la salud en Malawi, una enfermera en Bolivia o un educador de VIH en India; debemos trabajar más arduamente para asegurar entornos seguros de trabajo, el acceso al tratamiento y cuidado y una paga apropiada para las personas de las que dependemos para salvar vidas, prevenir infecciones y mejorar las vidas de las personas que viven con VIH. Los graduados extranjeros en medicina constituyen alrededor del 25% de los médicos de EE.UU., Canadá, Australia y el Reino Unido. Más de la mitad de los mismos provienen de países de bajos ingresos. Y en algunos países, la muerte está reduciendo las filas de trabajadores de la salud incluso más rápidamente que el reclutamiento en el exterior.

Por eso, debemos encontrar maneras innovadoras para detener la hemorragia de trabajadores de la salud entrenados que van desde el sur hacia el norte, así también como la mortalidad asociada al VIH en el sector de trabajadores de la salud, si es queremos progresar en la repuesta contra la enfermedad. La IAS convertirá esto en un tema prioritario de su agenda en los próximos meses.

Esta conferencia nos ha recordado que tenemos las herramientas para salvar vidas y detener el curso de la epidemia – ahora tenemos que poner este conocimiento en acción. Nuestro desafío es asegurar que la evidencia conduzca a resultados. Todos los aquí presentes compartimos esta responsabilidad. Pero enfrentar este desafío requerirá un esfuerzo en colaboración. Estamos enfrentando una epidemia dinámica y un virus que está sobrepasando nuestra respuesta. Necesitamos aplicar lo que sabemos. Y necesitamos líderes valientes que cumplan con sus compromisos. No tenemos tiempo que perder. La IAS es, ahora, una organización madura. Nuestra infraestructura ha evolucionado. Nuestro personal, altamente calificado, no solamente es esencial para movilizar a la sociedad día tras día, sino también para mantener nuestra memoria institucional.

Quiero agradecer al Consejo Directivo de la Sociedad Internacional de SIDA por esta
oportunidad para servir a nuestros miembros, que han llegado a ser más de 11.000 trabajando en el VIH/SIDA en todos los niveles de la respuesta. Como primer presidente de la IAS proveniente de un país en vías de desarrollo, espero poder ofrecer una nueva perspectiva en estos temas mientras continuamos trabajando juntos. Quisiera pedir en particular a todos los actores implicados en los distintos niveles que no olviden que la región de la cual provengo, Latinoamérica, también está sufriendo las consecuencias de la epidemia en un contexto de pobreza y marginación. Los 2 millones de personas que viven con VIH/SIDA en la región no deben ser excluidas de nuestra agenda.

Tanto yo, como los otros miembros del Consejo Directivo, estamos fuertemente comprometidos con la prevención y el tratamiento del VIH/SIDA. Juntos podemos mitigar el sufrimiento y frenar la epidemia. Una vez más, es tiempo de cumplir.

Muchas gracias y espero verlos en la ciudad de México en el 2008. Tengan un buen regreso a casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustaria poder contactar al dr cahn algun telefono o algun otro particular de como hallarlo .. estaria agradecido soy una persona de 23 años infectado con vih y quisiera saber mas acerca de este tema